Dejabas de fumar al enterarte
de una muerte cualquiera.
Te quedabas mirando...
y todo se dormía en los cristales
de tu vieja ventana:
la mudez de tu aliento susurraba en el frío,
una calle en pijama se colaba en tus ojos
acolchados de dudas,
el portal bostezaba minifaldas de sábado.
Como un Dios inherente
pensabas que pensabas, sin embargo,
era un gesto capaz de amortizar
el déficit del mundo.
-Yo no soy un poeta- te dijiste,
derramando un poema
que envejece contigo cuando hablas,
lo llevas escribiendo desde que te dejaste
la voz en la ventana,
desde que las palabras planearon
escapar en el humo de tu último cigarro.
de una muerte cualquiera.
Te quedabas mirando...
y todo se dormía en los cristales
de tu vieja ventana:
la mudez de tu aliento susurraba en el frío,
una calle en pijama se colaba en tus ojos
acolchados de dudas,
el portal bostezaba minifaldas de sábado.
Como un Dios inherente
pensabas que pensabas, sin embargo,
era un gesto capaz de amortizar
el déficit del mundo.
-Yo no soy un poeta- te dijiste,
derramando un poema
que envejece contigo cuando hablas,
lo llevas escribiendo desde que te dejaste
la voz en la ventana,
desde que las palabras planearon
escapar en el humo de tu último cigarro.
Luis Oroz.
8 comentarios:
Carne de gallina. Enciendo un cigarrillo y observo como planea el humo por el espacio abierto de mi ventana. Pienso, si acaso el mundo ha despertado ya. No importa que sea medio día. Ni que el sol haya dado la vuelta. Pienso, también, en el poeta. En si su último cigarro pueda ser el último de sus versos. Si las estrofas se marcharon de su garganta y se perdieron junto con su voz. En qué pensará él, ahora que no fuma. Y pienso, de nuevo, en el humo de mi cigarrillo. En como se eleva hacia las nubes enlutadas de pereza, y en el tartamudeo de la lluvia. El sol se ha ido.
Ya ves, da para mucho tu poesía. Me alegro de que sigas estrellando tinta en mis cristales. Y espero que no digas nunca que has dejado de fumar. Hay tabaco que no daña y humo que no enturbia. Alimenta.
Un beso. Siempre en mi memoria.
Luisa Fernández.
Tus sensaciones son más poéticas que el propio poema, Luisa.
Tienes una capacidad narrativa fuera de lo común, y es esa capacidad expresiva la única capaz de cruzar el puente de la vista para llegar al interior de la conciencia.
Mil gracias por esta fidelidad tuya, que me sigue sorprendiendo.
Un besazo, amiga.
Luis Oroz.
Hay un amor muy grande en estas palabras, indescriptible
Bellísimo poema en forma de Silva libre.
Me hace pensar que a veces pasamos la vida sin creernos realmente lo que somos, sin aceptarnos. Alguien algún día nos descubre que somos unos expertos de lo que nos negamos. Sólo un paso más, sin embargo ese es el que nos suele faltar.
Saludos.
Muchas gracias, Mónica.
El amor, sin duda, tiene muchas vertientes.
Y a veces se nos escapa si apenas darnos cuenta.
Un placer tu visita.
Un abrazo, amiga.
Luis Oroz.
Gracias Ada.
Creo que tienes razón, solo en situaciones "difíciles" llegamos a ser realmente nosotros mismos.
Si tenemos esa capacidad de sorprendernos, tenemos mucho ganado.
No es mejor persona el que mejor se conoce, sino el que quiere conocer lo peor de si.
Un abrazo enorme, y mil gracias.
Luis Oroz.
Menudo poemazo, Luis... Me alegra descubrir que lo mejor de tu escritura anda por aquí...
Vendré más veces.
Un beso,
Carmen
Hola Carmen, qué alegría verte por aquí, estos espacios que no dejan de ser una prolongación de nosotros.
Mil gracias por tu siempre generosa visión.
Un beso gordo.
Luis Oroz.
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