Pensaba que la muerte eran tus labios
oficiando metáforas de olvido,
pensaba que la muerte
era escribir sin alma los capítulos
de una inmortalidad enamorada,
creía que morir era dejarse dos ventanas abiertas
y algún libro,
eternamente prólogo,
en la casa sin piel de la conciencia.
Tenía tantas risas casi tuyas
que quise desreir la vida entera
en pantallas de luz,
ahora descubro que dejé de sentir, tal vez sintiendo
un fúnebre latido entre los dedos,
que descolgué el exilio de tu beso
para avivar silencios,
y mi boca
se dedicó a contar cuántos poemas
se van de funeral sin ningún muerto.
Pensaba que la muerte era un reguero
de puntos suspensivos…
y olvidé que el espíritu se nutre de todos los cadáveres,
de todas las incógnitas que viven
silenciando el compás de las palabras.
-Ya ves, tengo tu olvido
borracho de una añeja indiferencia,
pero ya no hay un cura en los espejos
“extremando la unción” de las caricias.
Soy la reencarnación de la sonrisa
que se escapó de ti mientras dormías,
y la muerte fue sólo el anticipo de un cariño exprimido.
¡Ya no vuelvo a morir cuando te pienso!
tengo la inmunidad del que ha aprendido a guardar en la tumba
una inyección letal para los sueños.
Luis Oroz.
12 comentarios:
Soy la reencarnación de la sonrisa
que se escapó de ti mientras dormías,
y la muerte fue sólo el anticipo de un cariño exprimido.
Muy bien, qué buenos versos.
Pero es inevitable morir, Luis, aunque nos rebelemos contra ello. Aunque el cariño aquel nos mate.
Un abrazo.
Gio.
y algún libro,
eternamente prólogo,
en la casa sin piel de la conciencia.
Por Dios... Luis... lo tuyo debería estar prohibido, no se puede escribir tan bien y salir inmune...
Ese final es increíble.
Besos
Marian
Enhorabuena poeta, por tan magníficos versos.
Saludos
Martha J.
Eres un oasis en este caluroso verano. Una isla abierta en la que cuelga el cartel de “sin vacaciones” y a la que se acude a beber algo fresquito. Y siempre, siempre, se sale de ella con el regusto de haber echado un buen trago en una inmejorable compañía. Este poema es un buen acicate para seguir recalando en tus playas.
Esa inyección de la que hablas, es tremendamente cara y no se vende en farmacias. Algunos seguimos muriendo, pero no sabemos por cuanto tiempo.
Un beso, Luis.
Hola Gio, encantado de verte por aquí.
Esa muerte figurada, sensorial, creo que es universal, se puede encontrar en todos nosotros, en diferentes épocas.
El amor y la muerte van indefectiblemente unidos, mal que nos pese, muerte sensorial, literaria o física, acaban por convertirnos en olvido.
Un fuerte abrazo, amigo, espero que nos veamos por Madrid un invierno de estos.
Luis Oroz.
Marian, siempre tan generosa.
Nada inmunidad, ya sabes que los poetas somos unos egoistas, lo queremos todo, hasta los sufrimientos.
Un besazo, Poeta.
Luis Oroz.
Gracias Martha, por dejar tu señal, un placer encontrarte.
Un saludo afectuoso.
Cara, muy cara, tú lo has dicho a la perfección, Luisa.
A mí en verano me toca trabajar de lo lindo, por lo que mis vacaciones son las letras, esos momentos de abstracción donde uno deja de ser y de estar, para poder "desvivirse" solo un poco.
Mil gracias por tu siempre cariñosas palabras, un besazo, amiga.
Luis Oroz.
Excelente poema, me encanto te felicito.
un beso
Muchas gracias, Mónica, un placer recibirte.
Siétete como en tu casa.
Besos.
Luis, colgué la poesía por un tiempo y mi manera de regresar es leerte y sentir cómo me reconforta, cómo lame las heridas la poesía, cómo puede llegar a sanar.
Escribir poesía es esto, escribir a la vida y que alguien recoja tu silbo.
Me haces mucho bien y por eso te doy las gracias sublimadas.
Un besazo desde el fondo
Enfero, tu palabra es bálsamo, porque en ella descubro esa suavidad que da la franqueza.
Mil gracias por dejar que sienta tu cómplice mirada, eso también hace mucho bien, más de que alguién se pueda imaginar.
Un besazo, amiga.
Luis Oroz.
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