Fiesta
Me habita un cementerio
Ana María Rodas
Es la noche más triste y todos bailan,
ignoran que en mi nombre se ha posado un ciprés,
un gélido abandono.
Nada saben del miedo en las orejas,
nada del cementerio,
ni de la piel que se maquilla a oscuras en un cuarto que es lápida.
Danzan mientras la música estrangula mi cuello.
Soy una despedida,
un sorbo de licor antes del postre,
una mujer sin pies ni manos,
un maniquí que mueve la cintura,
el repertorio de lo absurdo,
el maldito payaso de esta fiesta.
Carmen Iglesia
7 comentarios:
Adoro a esta poeta, Luis, nunca he leído nada de ella que me haya dejado indiferente, nunca.
Un beso.
Marian
Es sin duda uno de los mejores poemas de Carmen.
Dice Marian que nunca la deja indiferente. A mí me emociona siempre.
Un beso, Luís.
Hola Luis, sabes que casi nunca comentó en los blogs. Leo pocos de ellos, sobre todo los que se concentran en la literatura, como el tuyo. A mi me encanta Carmen Church que, ya se lo he dicho, a veces es una verdadera Catedral. Además es guapísima y como decía Vinicius de Moraes: "Me perdonan señores, pero la belleza es fundamental" *smiles".
Abrazos - Iben
Una magnífica poeta... y un poema excelente, Luis.
Un beso.
S.
Vaya, Luis, he estado fuera el finde y me acabo de encontrar con ésto. Qué decirte? Gracias, es un honor andar por aquí.
Un besote grande.
Sin duda, Carmen, tiene la poesía en las venas, todo lo que escribe respira, y eso posiblemente sea la esencia de lo poético.
Besos.
Luis Oroz
Y abrazos, Iben ;)
Oroz.
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