El PECADO
El pecado nacía
como de negra nieve
y plumas misteriosas que apagaban
el rechinar sombrío
de la ocasión y del lugar.
como de negra nieve
y plumas misteriosas que apagaban
el rechinar sombrío
de la ocasión y del lugar.
Goteaba exprimido
con un jadeo triste
en la pared del arrepentimiento,
entre turbias caricias
de homosexualidad o de perdón.
con un jadeo triste
en la pared del arrepentimiento,
entre turbias caricias
de homosexualidad o de perdón.
El pecado era el único
objeto de la vida.
objeto de la vida.
Tutor inicuo de ojerosas manos
y adolescentes húmedos colgando
en el desván de la memoria muerta.
y adolescentes húmedos colgando
en el desván de la memoria muerta.
José Ángel Valente.
6 comentarios:
Buena poesía para un buen comienzo. Gracias por recordarnos a los grandes. Un abrazo.
Gracias a ti, Ana, por tu mirada cómplice.
Desde luego, el maestro Valente, es un costante descubrimiento, aunque lo hayamos leído mil veces.
Un besazo, amiga.
No lo conocía pero indagaré...
Te lo aconsejo Mónica. Como dice Ana, uno de los grandes. Para mí imprescindible.
Un besazo.
La conciencia del pecado. Y, en el filo del pecado, la nieve, las caricias, las manos, la humedad y la posibilidad de morirse, agarrándose a las comillas, en el desván.
No es de los poemas de Valente que más me gustan.
Usa muchos calificativos y los infinitivos en poesía siempre me parece que la engolan demasiado
Pero bueno, Valente es Valente.
Un beso, Luis.
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