A Raúl G.R. (In memoriam)
1972-1991 Prefiero su desorden a mi cuadriculada autonomía,
su forma de mentir y de arrojar luciérnagas
a una noche invernal del mes de julio,
el látigo de plata que restalla en sus labios
o el infierno que quema las palabras
cuando ascienden, proscritas, de su nada repleta a mi todo vacío.
Prefiero su desorden porque clava un alfiler de risas sobre el tiempo,
porque deja colgada en la memoria la acupuntura de la eternidad.
“Y coloco sus cartas en mis libros,
su voz indefinida en la conversación que tienen a mi espalda los teléfonos,
su caricia de sol junto a esta sombra que, chinesca, se come los horarios,
su arena del reloj junto a mis lágrimas
para llenar de barro el agujero de la inspiración.”
Prefiero su desorden,
su violencia,
la imprevisible paz con que golpea la espalda de mis años.
Él revuelve la mesa,
empuja las botellas y estrella contra el suelo nuestras copas
en un brindis de pura inexistencia,
yo doblo realidades
y recojo los hielos,
la ginebra,
la tónica
de bebernos el mundo.
Y limpio de emoción la casa entera,
los pequeños cristales que se incrustan en la madera de su juventud.
-Si todo está en su sitio no hay nada en su lugar
“y separo sus cartas de mis libros…
Luis Oroz.
10 comentarios:
Prefiero leerte a andar echando horas al vertedero... Perfecto.
Un poema precioso Luis, las personas nunca se van para siempre, tú has hecho ese siempre presente en tus palabras y seguramente en tu corazón también.
Un abrazo
Sara
Pdt.- La foto es preciosa :)
Qué jovencitos y guapos estáis en la foto.
Las personas que nos dejan no envejecen. Son eternos en nuestra mente. Su imagen, sus palabras, los objetos que les acompañaron, las canciones de entonces. Se llevaron con ellos esa estación del año en que desaparecieron de nuestras vidas. Y siempre hay un olor, un determinado sonido, un poema, una canción que hacen que regresen y nos hagan cada día más viejos. Lo mejor de todo: haberlos conocido.
Un besazo, Luis.
Una elegía bellísima.
Inmensa la juventud de la imagen... nunca perdida.
Un beso.
Soledad.
Espectacular, Luis, se me hace dificil añadir un comentario "nuevo" a tus poemas, tu voz es de aquellas que uno siempre debería tener a mano.
Ah! y gracias por la cita de la semana, menuda sorpresa!
Besos
Marian
Ana, siempre son un lujo tus visitas.
Y hasta las horas "perdidas" ganan en el vacío de un pensamiento poético.
Nada se desperdicia en tu sensibilidad.
Gracias por estar.
Un abrazo.
Luis Oroz.
Hay personas, Sara, que terminan convirtiéndose en leyenda, personas que siguen moldeando nuestra personalidad mucho después de haberse ido.
Ese es el siempre que afortunadamente nos queda, lo único que nadie va a quitarnos.
Un beso, Sara, y gracias por ser cómplice, de algún modo, en estos versos.
Raúl es el que está a mi derecha, y fue la primera persona que pensó en un Oroz poeta.
Así es, Luisa, todo lo que se va, permanece, aquello que se pierde, se queda aletargado.
La juventud nos modela, todo lo que allí ocurre nos da la forma del futuro.
Gracias una vez más por estar cerca, amiga.
Un besazo.
El lunes te mando un correo con la entrevista.
Muchísimas gracias, Soledad, a veces uno no puede hacer otra cosa que escribir sobre el vacío.
Un placer tu visita, un besazo.
Luis Oroz.
Marian, en tus poemas siempre hay versos muy especiales, merecedores de ser destacados, dale las gracias a ese instinto que abarca ;).
Un besazo desde la isla.
Luis Oroz.
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