SÓLO UN CAMINO
la luz de una fotografía
apagándose
en la naturaleza eterna de las preguntas.
Encenderá la lámpara su implacable instinto
como un fulgor de pájaros exánimes,
una lesión de prolongado asombro
o un envejecido licor muy alcohólico fluctuando en el aire.
Desde una mano húmeda brotará el femenino ardiente de la tierra,
y su aroma benefactor punzará todas las demencias;
sus ojos ya calcinan la esencia viva de las aguas,
una llama que en su unidad concibe la belleza.
Después de los murmullos de la nada
sólo un camino afín al regreso.
Blasfema de la vida buscando una vida más aceptada.
Saborea enseguida el artificio,
y no preguntes por los cementerios.
José Juan Martinez Ferreiro.
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