Bienvenida

A veces las palabras nos pueden sorprender, solo hay que escuchar lo que intentan decirnos todavía en su letargo.
Todos tenemos algo de poeta, la poesía es la síntesis del mundo.

Yaiza

Yaiza
El poema que nunca podré superar

Cita de la semana


" Estoy demasiado cerca para que él sueñe conmigo."

(Wislawa Szymborska)


4/08/2009

¡Qué te puedo decir!







Yo soy el asesino sin escrúpulos
que ha matado cien veces
a gente como tú,
y soy el inocente que se duerme
con la angustia en las sábanas,
y el aprendiz de nada que te enseña
a escuchar a los árboles.

Soy el juez de un pecado que se adhiere
a esta voz tartamuda.

¡Qué te puedo decir! si he marchitado
hasta la flor dudosa que tenía en mi bosque de letras.

Yo te quiero instruir mientras olvido...
yo te intento agarrar mientras escapo...

Y me voy concienciando de esta inútil paradoja social.

Cuando me quedo quieto en la ventana
hasta la plenitud de mi reflejo
va quedando vacía.

No tengo autoridad,
pero vuelvo a acusarte en otra página,
como si al condenarte
me absolviera a mi mismo de ser hombre.

Después voy comprendiendo que este acoso y derribo
es la única forma de escucharme,
que todo lo que digo
lo invento simplemente para mí.


Luis Oroz.


(Del poemario "Un sueño en equilibrio")

10 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Y ese poemario... cómo lo consigo? te apetece un intercambio??

Besos
Marian

Laura Gómez Recas dijo...

Me ha gustado la reflexión y el autoanálisis del poema. Y esa forma de expresarlo. Los primeros versos son una bofetada, por si empezaste a leer medio dormido...

Un abrazo,
Laura

Anónimo dijo...

La última frase Luis, un descubrimiento. Lo de absolverte como hombre, déjalo, no lo conseguirás, digo yo, el ser humano no está confeccionado para ser otra cosa que material destrucctivo. Guerras en casa, el la ducha, el el metro, en el Congo.
No, no creo que te absuelvan. Oh sí, puedes hacerlo tú: Ego me absolvo. Hala, sana que sana culito de rana.
No, no. No vale. Eres listo y no te lo vas a creer.
Abrazo.

Ana Clavero dijo...

Hacía un tiempo que no pasaba por aquí y hoy he venido otra vez a "robarte" unos cuantos poemas, que luego leo y releo con la concetración y la calma de la que carezco delante de pc, pero no quiero irme sin dejar mi huella en éste, que me parece magistral todo enterito y al que me apunto en los tres últimos versos. Es verdad que al final todo lo que decimos lo decimos sólo para nosotros mismos.
A mi también me encantaría hacerme con el poemario. Apelo a tu generosidad.

Un abrazo.

Luis Oroz dijo...

Marian, el poemario está inédito, o sea que tendrás que esperar a que algún loco editor se interese por él, cosa, por otro lado, poco probable.
Me guardo tu intención, y espero en un futuro poder corresponderla.
Gracias por todo, amiga.

Luis Oroz.

Luisa dijo...

Lo paradójico tiene al bucle cogido por la cola. Y me temo que sea un animal de costumbres, como el hombre. Clamar al cielo, para luego escabullirse con la piedra guardada en el bolsillo. Ya lo dijo From, el hombre está dividido en varios géneros: el constructivo y el necrófilo. Y es éste último el más destructor de todas las especies que nos pueblan. Y sí, Luis, a veces intentamos enseñar algo que sabemos por nuestra memoria colectiva. Transmitir. Pero los únicos oídos que nos oyen son los nuestros.

Enhorabuena por este poemario que de seguro llegará a los oídos adecuados. Tú, sigue gritando.

Un beso.

Luis Oroz dijo...

El asesinato, aunque sea ficticio, siempre deja esa sombra de crueldad.

Muchas gracias por tu paso a este poema de derrotas plurales.

Un fuerte abrazo.

Luis Oroz.

Luis Oroz dijo...

Puede que tengas razón, Billy, y estemos hechos para el equívoco, para el tropiezo insistente.
Gracias por todo, abrazos limpios.

Luis Oroz.

Luis Oroz dijo...

Encantadísimo de recibirte, Ana.
Muchas gracias por dejar constancia.
En cuanto al poemario, ya se lo he dicho Marian, de momento íré poniendo aquí una gran parte de él, ya que se trata de un tema de interés general, más allá de la autoría.
Un fuerte abrazo, amiga.

Luis Oroz.

Luis Oroz dijo...

Muchas veces decimos a los demás lo que queremos oir nosotros mismos, como aquello de "mal de muchos, consuelo de tontos" y una fingida enseñanza resguarda nuestra incertidumbre.

Gracias por todo, Luisa, un enorme abrazo cargado de futuro, como la poesía.

Luis Oroz.